Te veo, desnudo y aún húmedo bajo la luz de la lámpara,
como un moderno dios
que se apresta para la ceremonia. Pausadamente
te pones la camisa,
y el negro sobre el blanco
te hace repentino señor de la alcoba en desorden
y señor de la noche y de las mil estrellas
que envidiosas te miran y te ayudan a amarte.
Mi placer, sin embargo, es más perverso y dulce.
Ahora y siempre puedo contemplarte
detrás del ojo de tu cerradura.
Piedad Bonnett
Tomado de Bonnett Vélez, Piedad. Los privilegios del Olvido. Antología personal. fce. Bogotá, 2008
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