Bendigo la labor nuestra de cada día,
bendigo el sueño nuestro de cada noche,
el divino juicio y la caridad divina,
la ley benévola y la ley de bronce,
mi empolvada púrpura, de harapos cubierta...,
mi empolvado bastón, de los rayos hogar,
y asi mismo, Señor, bendigo el pan
en horno ajeno y la paz en casa ajena.
21 de mayo de 1918
Marina Tsvatáieva
Versión de Severo Sarduy (de la traducción de Lola Díaz)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario