sábado, noviembre 01, 2008

(Odiseo y Penélope)

Sí —pensamos embarcarnos con Odiseo
Pero quedarse enredando a su mujer
fue una aventura singular
Penélope colgaba de los ojos de todos
como un trapo negro
Y la música mejicana entronizaba pistolas
en el cerebro loco       —en el tocadiscos viejo
—en la cantina
Húbose de compartir el lecho con malandrines
y engañamos a los ángeles
en las puertas de los conventos
donde nos educaron
El faraón y sus ministros
se dedicaron a salar los panales
Y Bolívar murió de tristeza y tuberculosis
—que —según los curas santanderistas
de la lujuria provenían
Deshojamos margaritas para desamargar el corazón
los domingos campestres con la familia
con el sombrero de corcho para una fotografía
junto a la cabeza del abuelo
Pero desde la guerra del Perú los maestros
esperaron vanamente salarios
Por lo que dolían las reglas del reglamento
—llovía en los libros—
en las palmas de las manos cuyas líneas suponían
nos casaríamos un día
o seríamos blancos arquitectos
o sabios médicos lentos pasteurizados
O —por fin
                 dulces rebeldes.


Eduardo Escobar

Copiado a mano de Eduardo Escobar. Antología Poética pág. 99
colección autores nacionales instituto Colombiano de Cultura. Bogotá ,1978.

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