jueves, diciembre 04, 2008

Anapoima

De niños jugábamos a develar fantasmas.
En las noches rodeábamos al tío Alcibíades que indicaba:
"Esas luces que asedian el aguacate no son luciérnagas,
son las ánimas".
El patio de tierra era el hogar de las presencias.
Si el resplandor semejaba el color de la luna,
de seguro era esencia femenina.
Por el contrario, si el destello se mostraba como un ínfimo rayo de sol, no había pierde se trataba
de un espíritu macho.
Algo me ha quedado de aquellas lúdicas cábalas.
Se de cierto que mientras esto escribo,
la lumbre que me ronda tiene la forma y el brillo de tus ojos.


                                                                             A Isabel Cristina Tobón

 Omar Ortiz

1 comentario:

La caminante, Ana María Gómez Vélez dijo...

caminante ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Ómar Ortiz":

Omar Ortiz
Poeta de Tuluá para Colombia
Lo invité a mi blog también
(sin permiso) espero no se moleste o de otro modo le ofreceré un güisky.
Caminante


No, no me molesta pero espero el guisqui. Un abrazo, Omar