miércoles, diciembre 29, 2010

Suicidas ideales

                    
Giran la llave de la puerta. Toman

sus viejas cartas guardadas.

Leen calmadamente, y después

Por última vez arrastran sus pisadas.



Se detienen en la ventana. Miran

los árboles, los niños;   y más allá,

la naturaleza; los marmoleros

que esculpen a martillo. El sol

que quiere ponerse para siempre.



Era su vida –dicen- una tragedia.

Dios mío, la horrenda risa de los hombres.

Las lágrimas, el sudor, la nostalgia

de los cielos. La desolación de los lugares.



Todo ha terminado…La nota

hela aquí. Breve, simple, profunda,

como corresponde, llena de indiferencia y de perdón

para aquel que ha de llorar y ha de leer.



Miran el espejo. Miran la hora.

Se preguntan si es un error quizás o una locura.

Ahora todo terminó –susurran.

Seguros  en el fondo que lo postergarán.


Kostas Karyotakis


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