jueves, abril 21, 2011

Vía Crucis




Humillado frente al tirano
las heridas de tus azotes
cantan feroces
al mundo silenciado
sobre tus hombros
el peso
la gravedad de tu amor
coronado de tinta
mal paso y de bruces
la herida se abre en más dolor
y pena llaga andante
el cordero de corazón atravesado
se reencuentra en el dolor
con la angustia madre
caminaba tu cuerpo la tierra
su falta en la divina ayuda
del puño hermano que da fuerza
la verdad es mujer sin rostro
saliva piadosa
imagen que deletrea pasión
otro golpe boca abajo
arrastrado por la calle que vio tus pasos libertarios
tu dolor de hombre torturado

transforma la inocencia de ellas
en fosa indignación y afrenta


la tercera no te ha vencido
nariz y boca
suelo en pecho
exhausto y herido cuerpo
desnudo a fuerza de la vileza
tus ropas servirán para vestir llagas de otros
tus manos clavadas al árbol
pies
ramas de hierro
desierto de los cuerpos
ahora sí el amor reverbera
como una pena cantada
en el desierto de los cuerpos
vuelve a los brazos de la tierra
que te ha ganado al dolor nuevo de su vientre
repárate envuelto en sábana
piedra en puño
y arroz para el dolor de los desposeídos.


Ivan Leroy

Ver el video 

http://www.youtube.com/watch?v=Z5vdnu-9UDI&feature=mfu_in_order&list=UL







2 comentarios:

Ángela dijo...

Qué poema más a propósito para estos días santos...
Saludo y gracias por ponerlo,
Ángela

Ana María dijo...

Este poema puede contar un suceso: la tortura de la crucifixión de Jesús. Pero también cuenta el suceso de todas las torturas a muchas personas en este mundo sufriente.
El sufrimiento de la madre que tiene que ver torturado y enterrar a su hijo es el sufrimiento de nuestras abuelas madres nietas de la plazas de mayo en Buenos Aires, pero también es el sufrimiento de las madres y hermanas de las muertas de Juárez, en México, igualmente torturadas y asesinadas...
Y es el amor de una mujer que espera encontrar a su amante quien fuera torturado y asesinado y quiere retornarlo a la tierra, cuando encuentre su cadáver o debe esperar e imaginar que algún día podrá darle unas honras fúnebres acordes a la importancia de su dicha en el momento en que estaban juntos y se amaban...

Ana María