La bailarina
De rostro pálido y túnica negra
Danza en lo perpetuo
Podría ser el tiempo de Degas o más allá
Se oye una música antigua y se repite
En la noche de la mujer hija del aire
La telilla se desliza y descubre
Sus formas en la calle del eco
La carne tiembla y el sudor mana
Orestes y Narciso podrían llorar y enloquecer de nuevo
En su piel desnuda la envuelve la noche
No sabe que la miro
Que la sigo
Yo su cimbalero
Celedonio Orjuela Duarte
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