Siempre tú repetías:
"Envejeceremos juntos,
y, aun antes que mis cabellos,
se iluminarán los tuyos
con la nieve de los montes
y con el lunar efluvio".
y, aun antes que mis cabellos,
se iluminarán los tuyos
con la nieve de los montes
y con el lunar efluvio".
Hoy, señor, que amas a otra
vengo a ti mi dueño único,
vengo a ti desesperada,
a decirte mi adiós último.
Colma, por la vez postrera,
nuestras tazas, con el jugo
que da el olvido, y me cantas,
para serenar mi luto,
la canción que habla de un ave
que murió bajo los grumos
de la nieve. Me iré luego
a embarcar en el río turbio
de Yu-Keú en que las aguas
se dividen en un punto,
y llevan hacia el Oeste
y Este su contrario rumbo.
Decidme: ¿por qué lloráis,
noviecitas de ojos púdicos?
Acaso deis con un hombre
de corazón fiel y puro,
que sinceramete os diga:
"Envejeceremos juntos…"
vengo a ti mi dueño único,
vengo a ti desesperada,
a decirte mi adiós último.
Colma, por la vez postrera,
nuestras tazas, con el jugo
que da el olvido, y me cantas,
para serenar mi luto,
la canción que habla de un ave
que murió bajo los grumos
de la nieve. Me iré luego
a embarcar en el río turbio
de Yu-Keú en que las aguas
se dividen en un punto,
y llevan hacia el Oeste
y Este su contrario rumbo.
Decidme: ¿por qué lloráis,
noviecitas de ojos púdicos?
Acaso deis con un hombre
de corazón fiel y puro,
que sinceramete os diga:
"Envejeceremos juntos…"
Li Tai Po
Traducción: Guillermo Valencia.
Guillermo Valencia. Obras poéticas completas. Catay. Temas árabes. Ed. Aguilar. 2ª. Ed. Madrid, España. 1952
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