lunes, agosto 29, 2011

La ciudad

William Ospina en su libro La escuela de la noche (2008) en la página 50, escribe este texto como introducción al poema de Cavafis:


Allí habita la certeza que tuvo de que todas las ciudades
les dan lo mismo a sus hombres, de que la ciudad de la infancia, 
la del amor y la del sufrimiento, sigue con nosotros a donde vayamos.




Te dices: me marcharé a otra tierra, otro mar,
a una ciudad mucho más bella de lo que ésta pudo ser o anhelar...
Esta ciudad en donde cada paso aprieta el nudo corredizo,
un corazón en un cuerpo enterrado y polvoriento.
¿Cuánto tiempo tendré que quedarme confinado
En estos tristes arrabales del pensamiento más vulgar?
Dondequiera que miro se alzan las negras ruinas de mi vida.
Cuántos años he pasado aquí
derrochando, tirando, sin beneficio alguno...


Ni hay tierra nueva, amigo mío, ni mar nuevo,
pues la ciudad te seguirá,
por las mismas calles andarás interminablemente,
los mismos suburbios mentales van de la juventud a la vejez
y en la misma casa acabarás lleno de canas.
La ciudad es una jaula.

No hay otro lugar, siempre el mismo puerto terreno
y no hay barco que te arranque de ti mismo,
¡Ah! ¿No comprendes
que al arruinar tu vida entera en este sitio
la has malogrado en cualquier parte del mundo?

Cavafis










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