lunes, mayo 05, 2014

Museo


 

Hay platos, pero no hay apetito.
y anillos nupciales peor el amor correspondido
ya desapareció hace unos trescientos años.

He aquí un abanico, pero ¿dónde el rubor de la doncella?
He aquí las espadas, pero, la ira ¿dónde ella?
Tampoco a la hora del atardecer, sonará el laúd.

Aunque la eternidad se había vendido toda,
en su lugar diez mil cosas envejecidas se ha acumulado.
El vigilante, ya musgoso en su sueño dorado
apoya el bigote en el objeto Número...
Ocho. Metales, arcilla y piedras celebran
sus triunfos callados sobre las fechas.
solamente la pinza de pelo tonta de una egipcia
                                  /estilo años veinte se ríe sonsamente.

La corona ha sobrevivido a la cabeza.
la mano le ha perdido al guante.
El zapato derecho ha vencido al pie.

Y si de mí se trata. Como puede ver, estoy viva.
El fragor de la batalla con mi vestido todavía sigue.
Muy terco, el tonto se resiste.
Se empeña en seguir viviendo hasta que yo no exista.


WISLAWA SZYMBORSKA



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