lunes, junio 16, 2014

El valle

Anda el agua de alborada. Romance popular

 

 

Doraba la luna el río

(¡fresco de la madrugada!)

Por el mar venían olas

teñidas de luz de alba.

 

 

El canto débil y triste

se iba alumbrando. Quedaba

el canto roto de un grillo,

la queja oscura del agua.

 

 

Huía el viento a su gruta,

el horror a su cabaña;

en el verde de los pinos

se iban abriendo las alas.

 

 

Las estrellas se morían,

se rosaba la mañana;

allá en el pozo del huerto,

la golondrina cantaba.

 

 

 Juan Ramón Jiménez



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