Mensaje escrito por la poeta Piedad Morales
MENSAJE PARA LAS MUJERES DEL ENCUENTRO
Meira del Mar encarna en tiempo presente y para siempre la poesía -- la presencia de ella de viva voz y en la hoja de papel, el hálito vital, el pálpito, el ímpetu de la poesía que no deja que la muerte la apague. Para nosotras, las mujeres poetas del Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, Meira es y seguirá siendo la razón de ser de nuestra pervivencia. Les decimos pacientemente a los que dudan del valor de nuestra reunión que Meira del Mar estuvo con nosotras recitando, conversando, hablando de la poesía y de las mujeres que la buscamos, la vislumbramos o la encontramos aún fugazmente todos los años desde que la nombramos Almadre. Nunca nos faltó ni tiene por qué faltarnos nunca aunque haya muerto. Que Meira hubiera llegado a Roldanillo desde Barranquilla, que después de desayunar en la casa Rayo donde nos regalaba anécdotas picantes pero nunca irrespetuosas de sus amistades, se sentara en la primera fila a escucharnos, justifica la creación de nuestro insólito certamen. Su entrega total a sus recitales anuales en los que decía los poemas que el público le pedía una y otra vez y traía, hasta que sus ojos no se lo permitieron más, poemas nuevos que todavía no se había aprendido de memoria suscitaba del auditoria la más apasionada respuesta. Le aplaudimos, le tiramos rosas, aleluyas, vitoreándola y bañándola de lágrimas de júbilo. Quien no ha tenido esta experiencia, no ha vivido la poesía. Meira del Mar creyó en nosotras como nosotras creemos y creeremos en ella y por eso no dejaremos nunca morir el Encuentro como recinto sagrado donde las palabras y su eco seguirán sonando.
La poesía de Meira es ella, la lírica más pura porque es inseparable del cuerpo que envuelve el corazón enamorado y su latido. Radiantes las palabras como la boca que las pronunciaba evocando la historia de su trashumancia, de su siempre ultramar y de su mar mar (el mar, la mar). Meira entrega, sigue entregando todo su ser al verso en que sigue viva, rediviva, siempreviva y por el que nos da vida vivificando nuestras palabras en espera de su bendición. Ninguna de nosotras estará más entre nosotras que Meira en el XXV Encuentro de Poetas Colombianas.. Nos hará falta verla, las manos que escriben en el aire mientras recita, los pequeños pies en sandalias doradas, el cuerpo frágil, grácil en sus batas árabes (ya ayouni—será que recuerdo bien el saludo árabe al ser amado—dichosos los ojos que te ven, amiga). Nos duele, nos dolerá no poder abrazarla, besarle las mejillas y recibir aquella sonrisa antigua y recién nacida que nos regalaba desde el recuerdo de nuestros rostros. Nos tocará hacer lo que hacía ella con nosotros en los últimos encuentros, imaginarla, cerrar los ojos que como los de ella, ciegos en los últimos años no pueden penetrar la ausencia, y dejar que aparezca su imagen en las pupilas del recuerdo, en la música de sus versos.
El correo que recibí habla de "paz en su tumba." Para nosotras Meira, como los antiguos marineros de los mares oscuros como el vino, como los brahmanes del río Ganges se aleja en un barco de papel que navega el mar la mar de Barranquilla dejando una estela de luz y música e impulsado por el soplo de nuestros poemas. Paz no, descansa noo, Meira vive.
POETA PIEDAD MORALES
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