miércoles, septiembre 14, 2011

El poeta habla por teléfono con el amor



Tu voz regó la duna de mi pecho
en la dulce cabina de madera.
Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho.

Pino de luz por el espacio estrecho 
cantó sin alborada y sementera 
y mi llanto prendió por vez primera 
coronas de esperanza por el techo.


Dulce y lejana voz por mí vertida. 
Dulce y lejana voz por mí gustada. 
Lejana y dulce voz amortecida.

Lejana como oscura corza herida. 

Dulce como un sollozo en la nevada. 
¡Lejana y dulce en tuétano metida!


                                         Federico García Lorca






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